Seleccionar una andadera adecuada le permitirá usarla eficazmente y sin peligro. A la hora de seleccionar la andadera, párese erguido y póngase los zapatos que usará normalmente para caminar. Si la andadera no le queda cómoda, pida a su proveedor de atención médica, enfermero o fisioterapeuta que le revise el ajuste.
Familiarícese con su andadera
La andadera suele usarse para lesiones que afectan la pierna o la cadera. También puede usarse en caso de problemas en los nervios o en los músculos que afectan el equilibrio. Una andadera brinda más estabilidad que las muletas. Algunas andaderas tienen ruedas, mientras que otras no. Su proveedor de atención médica lo ayudará a elegir la más adecuada para sus necesidades. Siga todas las instrucciones especiales que le den.
La andadera es adecuada si:
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Las muñecas le quedan a la altura de las empuñaduras cuando usted cuelga los brazos a los costados.
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Los brazos le quedan ligeramente flexionados a la altura de los codos cuando usted pone las manos en las empuñaduras.
 
Tome estas medidas de seguridad
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Si su andadera no tiene ruedas, deberá poseer puntas de goma antideslizante para evitar resbalones. Cambie las puntas que se vean desgastadas o que estén desniveladas.
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Si su andadera tiene ruedas, hable con su proveedor de atención médica o fisioterapeuta si esta no se desliza suavemente.
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Si usa una andadera plegable, asegúrese de saber cómo desplegarla y trabarla en posición abierta. Compruebe que esté abierta y trabada antes de usarla.
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Mantenga las 4 patas de la andadera a la misma longitud.
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Use calzado con suelas de goma o antideslizantes.
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No use calzado con tacos o suelas de cuero.
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Mantenga la espalda derecha. No se encorve sobre la andadera.
 

