La función del corazón es bombear sangre por todo el cuerpo. Esta función comienza con el bombeo de la sangre dentro del corazón mismo. En el interior del corazón, la sangre pasa a través de una serie de aberturas (válvulas) que permiten el flujo en una sola dirección. Cuando una válvula no funciona correctamente, el flujo de sangre que pasa a través de ella es insuficiente. Una válvula defectuosa puede no abrirse lo suficiente o no cerrarse bien (o tener ambos problemas). En cualquier caso, el resultado es que el corazón no envía suficiente sangre al resto del cuerpo.
Síntomas de problemas en las válvulas del corazón
Es posible tener un problema valvular durante décadas sin manifestar ningún síntoma. Si tiene síntomas, es posible que estos se manifiesten de forma tan lenta que apenas los note. En otros casos, sin embargo, los síntomas aparecen de repente. Tal vez tenga uno o varios de los siguientes síntomas:
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dificultad para respirar cuando está acostado, cuando se esfuerza o cuando está estresado emocionalmente;
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dolor, presión o adormecimiento en el pecho, el cuello, la espalda o los brazos (angina);
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se siente mareado, muy débil o aturdido;
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cansancio, especialmente con la actividad o a medida que avanza el día;
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despertarse por la noche tosiendo o con dificultades para respirar;
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ritmo cardíaco demasiado rápido, fuerte o irregular;
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sensación de agitación (aleteo) en el pecho;
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hinchazón en los tobillos o en los pies;
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desmayos, especialmente al pararse o cuando hace esfuerzos.
Causas comunes de los problemas valvulares
Los problemas valvulares pueden afectar a personas de cualquier edad. Una válvula puede ser defectuosa de nacimiento. O bien, es posible que una válvula se haya desgastado con el paso de los años. En algunos casos no es posible determinar la causa exacta de un problema valvular. Sin embargo, las causas frecuentes son, entre otras, las siguientes:
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acumulación de calcio o tejido cicatricial en una válvula;
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fiebre reumática y otras enfermedades o infecciones;
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presión arterial alta;
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otros problemas cardíacos, como la enfermedad de las arterias coronarias;
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malformaciones congénitas de las válvulas del corazón.
Problemas de apertura (estenosis)
Cuando una válvula no se abre completamente, el problema se conoce como estenosis. Es posible que las valvas o aletas de la válvula estén pegadas una contra otra, o demasiado rígidas para abrirse completamente. Cuando la válvula no se abre completamente, la sangre tiene que pasar por una apertura más estrecha. En consecuencia, el músculo cardíaco debe esforzarse más para bombear la sangre a través de ella.
Problemas de cierre (regurgitación)
Cuando una válvula no se cierra bien y la sangre retrocede por la válvula, el problema se llama regurgitación o insuficiencia. Una válvula con este problema puede describirse como una válvula con pérdidas. Es posible que las valvas o aletas no encajen bien una con la otra. O bien los tejidos que las soportan pueden romperse. El resultado es que parte de la sangre retrocede a través de la válvula hacia la cavidad de la que provenía. En consecuencia, el corazón debe bombear esa sangre dos veces. Esto puede causar daño en el músculo cardíaco.
